Opinión
De Foucault a nuestros días

El biopoder

María del Carmen Taborcía, abogada y escritora.

Por María del Carmen Taborcía (*), especial para NOVA

Es un término acuñado por el filósofo francés Michel Foucault para referirse a la práctica de los estados modernos de “explotar numerosas y diversas técnicas para subyugar los cuerpos y controlar la población”.

Anteriormente el poder se basaba en la capacidad del soberano de dar muerte, ahora se basa en la capacidad de gestionar la vida.

En los regímenes totalitarios se movilizan poblaciones enteras para hacer la guerra con el pretexto de conservar la vida del grupo, mientras que antes las personas iban a la guerra para mantener el poder político del señor o el soberano.

Foucault consideraba que diversos avances en la tecnología que culminaron justo antes de la Revolución Francesa permitieron alargar y mejorar la vida al tiempo que controlarla mejor. Así, el biopoder empezó a ejercer dos formas diferentes pero conectadas entre sí: las disciplinas del cuerpo y los controles de la población.

Las disciplinas del cuerpo surgen a mediados del siglo XVII y se centran en hacer fuerte y útil un cuerpo individual entendido como máquina. Lo ejercen instituciones como la educación o el ejército. Son sistemas encargados de moldear al individuo para integrarlo en la sociedad y convertirlo en un elemento útil.

Así, el sistema educativo, por ejemplo, además de impartir una serie de conocimientos se encarga de generar una serie de hábitos y actitudes corporales, de la misma forma que el ejército.

A mediados del siglo XVIII afloran los controles de la población. Mientras que las disciplinas del cuerpo se centran en el individuo, los controles de población se centran en la especie. Disciplinas como la estadística, de problemas como la natalidad, la mortalidad, la longevidad o el nivel de salud de la población. Aquí se ve cómo se ejerce el poder que no busca la muerte, sino administrar la vida.

Según esta concepción, los gobernados pasan de ser sujetos de derecho a ser considerados como seres vivos. Como consecuencia de la antigua forma de poder que contemplaba la existencia humana jurídicamente, el biopoder la percibe biológicamente.

Si bien la ley sigue existiendo, esta es un elemento más en un entramado de instituciones, que busca gobernar a base de regular lo que es normal y adaptar a ello a todos los individuos de la sociedad. El biopoder persigue lo mismo que cualquier otra idea de poder: la docilidad.

(*) Abogada y escritora

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