Después de transcurridos cinco días del 17 de octubre de 1945, cuando se produjo en la Plaza de Mayo la más importante movilización de las masas hasta entonces en el país, y el pueblo ganó las calles pidiendo la liberación de Juan D. Perón, se casaron por civil Evita y el coronel. En tanto el 10 de diciembre de ese año se realizó la ceremonia religiosa en la iglesia San Francisco de Asís de La Plata.
De este modo el líder justicialista, que había cumplido 50 años el 8 de octubre, hizo realidad la promesa expresada a la joven, a quien duplicaba en edad, cuando estaba preso en la isla Martín García, en una carta donde señaló: "Hoy he escrito a Farrell pidiéndole acelere mi retiro: en cuanto salgo nos casamos y nos iremos a cualquier parte a vivir tranquilos".
Luego de la histórica gesta, cuando Perón recuperó la libertad, “…en un encuentro informal, Eva Duarte le presentó al fray Pedro Errecart quien sorprendió a Perón por su habilidad para relacionarse con uno de sus perros al que nadie se le acercaba y por la sinceridad con la que le dijo: ‘si no se casa por Iglesia no puede ser Presidente’".
El 22 de octubre de 1945 contrajeron matrimonio en el registro civil de Junín, ciudad ubicada al noroeste de la provincia de Buenos Aires, donde ella vivió junto con su madre Juana Ibarguren y sus cuatro hermanos durante la niñez y la adolescencia, hasta que partió a Buenos Aires en busca de nuevos horizontes.
Según Page2 (1984:166) un notario de Junín preparó el documento oficial con varias inexactitudes donde “…restaba tres años a la edad de Evita, caracterizaba a Perón como “soltero” -y no como “viudo”- y certificaba un examen prenupcial que nunca fue hecho. El enlace tuvo realmente lugar en un apartamento de la calle Posadas”.
Los testigos de la boda fueron el coronel Domingo Alfredo Mercante, quien fue gobernador en la provincia de Buenos Aires durante el período 1946-1952 y Juan Duarte, que se desempeñó como secretario privado del presidente Perón.
