Opinión
Reflexión sobre el aborto legal

Dios es un Dios de vivos y no de muertos

Federico Damelio compartió una reflexión personal respecto al debate por el aborto legal.

Por Federico Damelio (*), especial para NOVA

Una vez más le doy gracias a Dios y a la dirección de Multimedios NOVA por la oportunidad de escribir en esta columna donde compartimos palabras para el alma.

Dios es un Dios de vivos y no de muertos.

Actualmente se está acentuando el debate sobre el aborto legal en nuestra Nación Argentina, donde se confrontan distintas visiones a favor y en contra de una realidad aparente sobre si está bien o no dicha práctica.

Si vamos a las estadísticas sobre cómo ha funcionado el aborto legal; por ejemplo en Estados Unidos veremos que es mayor la cantidad de abortos que de nacimientos, y eso que estamos hablando de un país de primer mundo. Esto nos está avisando que corremos el riesgo de caer en un genocidio moderno encubierto, suena duro pero es así.

Al menos es mi punto de vista, analizando datos que uno puede encontrar en distintos portales de internet.

"Mi cuerpo es mío" es una de las frases más escuchadas que se está implementando, pero el cuerpo del que se está gestando ¿de quién es? de un ser que se está formando desde el primer día de gestación; una persona que no tiene aún voz para defenderse.

Yo creo que muchos no son conscientes realmente de que están apoyando, la misma ciencia se contradice al decir cuándo hay vida o no en el útero.

La bioética combina los valores humanos y el conocimiento biológicos basados en principios morales, utilizando la tecnología para la salud del ser humano.

Abarca el respeto a la autonomía del ser humano, obligando a los profesionales de la salud a no hacer daño ni poner en riesgo la vida de un ser humano.

En el debate de la ley por el aborto legal también interviene la ética que está dividida en civil, pluralista, autónoma y racional.

La ley de educación sexual 26.150 fue aprobada en octubre del 2006. Por tanto, la escuela está trabajando desde hace un tiempo con los materiales necesarios para guiar a los alumnos a una vida sexual responsable, pero no solo debe ser responsabilidad del sistema educativo nacional.

Los padres deben tener la responsabilidad de enseñarles en sus hogares, enseñar que es más beneficioso casarse y tener hijos una vez que el matrimonio fue constituido; cosa que no pasa mayormente en estos días. Una pareja estable bajaría los índices de enfermedades sexuales y la cantidad de abortos clandestinos.

Por otro lado, tenemos la ley 23.592 que habla sobre la discriminación. Inconscientemente aquí se encuentra una controversia al querer abortar ya que estamos discriminando una vida que se está gestando.

También en el debate se presentan la convención de derechos humanos con los artículos 4 y 5, el cual el artículo 4 se titula derecho a la vida y el articulo 5 derecho a la integridad personal.

Los animo a que se tomen el tiempo de leer dichos artículos, no puedo dejar de compartir lo que dice parte del articulo 4 en el punto 1: toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho está protegido por la ley, y en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.

El aborto no se rige por gobiernos capitalistas o comunistas, por creyentes o por ateos, pasa todo límite de pensamientos.

En lo personal me tocó tener charlas con mujeres que abortaron y en cada caso encontré un denominador común, culpa y depresión. Todas fueron libres a través de la oración de arrepentimiento y recibieron a Cristo en su corazón.

Aunque cueste creer, inconscientemente la culpa que recibe la persona que aborta se aloja en lo más profundo de las entrañas y es difícil de superar, por momentos están mal y por momentos bien, le es difícil realmente saber de dónde viene ese dolor que las mantiene vivas a medias.

Si se quiere legalizar el aborto se puede poner como fecha, como rasgo distintivo de la existencia de la persona humana la sensibilidad y ubicar su comienzo a los tres meses de gestación, o elegir la conciencia y fecharlo entre el quinto o sexto mes del embarazo con el incipiente desarrollo del cerebro

¿Que vemos? que apoyándonos en la ciencia puedo mostrar una postura como la contraria. Entonces si todas las posturas son realmente demostrables, ninguna demostrará nada.

Se produce un círculo vicioso: para demostrar que el aborto tiene que ser legal o no legal, hay que demostrar primero que el aborto no es un homicidio.

Pero esta cuestión a su vez depende de la pregunta de si el embrión es o no es una persona. Aunque en realidad la pregunta que importa es cuándo empieza a ser persona; y para ver cuándo empieza a ser persona tenemos que elegir qué dato de la ciencia nos conviene, de la embriología para decidir cuál sería el rasgo distintivo del comienzo de la moral en la biología.

Una pregunta cae sobre otra pregunta y demuestra qué es un homicidio, y demuestro qué no es un homicidio y así alimentamos el círculo vicioso. La experiencia del aborto justamente, nos dice que el cuerpo no cabe en el derecho y que el problema del aborto no se termina con su legalización.

Conclusión

En el debate del aborto los dos términos más valiosos, más preciados, "vida y libertad", se enfrentan a muerte. No es hipocresía, los derechos humanos pueden defender ambas posturas.

Las razones de los derechos humanos como las razones de la ciencia no nos ayudan a salir del círculo vicioso, por lo tanto no tenemos derecho como persona a tener decisión sobre una vida desde el momento de la concepción.

Dios los bendiga abundantemente y traiga paz y entendimiento sobre sus vidas.

(*) mediosfedericodamelio@gmail.com

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