El principal argumento esbozado por los referentes legislativos del Ejecutivo –el vocero principal fue el titular de la comisión de Hacienda, Julio Irurueta- fue que la necesidad de aumentar las tasas obedece al cumplimiento de “las metas de recaudación que tiene el municipio para cumplir los objetivos presupuestarios” del año próximo.

El debate comenzó luego de los formalismos cuando Irurueta destacó el “trabajo consensuado” entre todos los bloques a pesar de “las diferencias políticas” y entre otros aspectos, ponderó las políticas de “reducción de cantidad de evasores fiscales” por parte del Ejecutivo. “Las tasas de inmuebles de menos de 60 mil pesos no van a aumentar por segundo año consecutivo”, explicó, entre otros detalles técnicos.

La primera edil opositora en hablar, Lorena Riesgo, coincidió en el diagnóstico de Irurueta en el sentido de que “cuando asume este gobierno la tasa SUM estaba achatada”, pero marcó las diferencias en función de la actualización del monto. “Los inmuebles de entre 60 y 120 mil pesos van a sufrir el incremento, lo ideal era subir el tope de los montos fiscales y esto es un aumento regresivo así planteado”, dijo, además de esbozar algunos cuestionamientos en relación al aumento de la tasa de Seguridad e Higiene.

“La gente no puede pagar entre tantos aumentos de luz, de agua y de gas”, dijo. También hay otros rubros que están por encima de la pauta inflacionaria y la pauta salarial; un ejemplo es la licencia de conducir, que el año que viene valdrá más de 850 pesos”.

Desde el bloque kirchnerista, Guillermo Cara se manifestó en el mismo sentido: “Hay dos grandes motivos por los cuales no acompañamos. Hay un contexto económico que golpea sobre nuestra comunidad, y la progresividad escala más que los salarios y no para”.

“Si la inflación cierra arriba del 22 por ciento y el gas va a tener un impacto de más del 25 por ciento, sin contar los combustibles y otras subas, no podemos sumarle la suba de las tasas y derechos de recaudación del municipio”, argumentó. “La partida para el personal es del 17 por ciento”, completó.

Desde el massismo, José Arteaga, fiel a su estilo “equilibrista”, inicialmente puso algunos reparos pero finalmente terminó argumentando la postura de su bloque a favor del aumento de las tasas, considerando como positivo el incremento aplicado a inmuebles tales como “clubes de campos y countrys”.

“Solamente entendemos este aumento en función de la supuesta adhesión a la ley de Responsabilidad Fiscal de la provincia de Buenos Aires, lo que le quita autonomía a los municipios bonaerenses”, añadió.

Nuevamente desde el peronismo, Gabriel Bruera argumentó la negativa del bloque en función de críticas al ajuste aplicado por el oficialismo. "No se puede seguir con aumentos y cargando de costos a los vecinos", dijo.

Desde el propio Cambiemos, Florencia Rollié -radical rebelde-, cuestionó nuevamente el funcionamiento del ente descentralizado del Mergado Regional, al que calificó como "el más caro de toda la provincia de Buenos Aires", cuestionando precios de productos y gastos de rubros como fletes. "Por estos motivos votaré negativo el aumento en lo que refiere al mercado", se quejó.

En defensa del oficialismo, y luego de que también hablara en tono crítico Florencia Saintout marcando el aumento de "la pobreza y la desocupación" desde el 2015, el radical Claudio Frangul se pronunció a los gritos cuestionando a la oposición. "Parece que todo acá comenzó hace dos años. Discutamos los temas desde el punto de vista fiscal, porque parece que antes estaba todo bárbaro y ahora todo es un desastre".