Política
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Bonicatto, luego de dejar la Defensoría, pretendió ir por el PRO pero Vidal lo vetó

Carlos Bonicatto, extitular de la Defensoría del Pueblo. (Foto archivo: NOVA)

El exdiputado provincial Carlos Bonicatto, tras terminar con su mandato en la Defensoría del Pueblo, emprendió dos caminos. Uno, regresar al cargo, situación que en este momento no parece nada fácil. El otro, contactarse con el armador político regional del PRO, Marcelo Daletto.

Tras el encuentro que mantuvieron, Bonicatto no vio con malos ojos el hecho de ser candidato a la Intendencia de La Plata por el partido que encabeza Mauricio Macri. Y más sabiendo que los “amarillos” no tienen un postulante fuerte en la capital provincial.

La posible postulación avanzó hasta realizar un sondeo en la opinión pública. El resultado de su imagen dio afines a los precandidatos a reemplazar a Pablo Bruera, uno más del montón.

Sin embargo, el sueño de Bonicatto se derrumbó cuando la noticia llegó a los oídos de la vicejefa de gobierno porteño y precandidata a gobernadora, María Eugenia Vidal, quien lo vetó al instante.

Vidal sostuvo que el extitular de la Defensoría del Pueblo era un hombre ultra K y no se había desprendido de su vínculo sciolista y pasado alakista. “Ya no va más”, declaró Vidal.

Cabe mencionar que Bonicatto estuvo vinculado con la campaña de Delgado ya que él se la financió con contratos de la propia Defensoría, y su hija, Marina, era la jefa de prensa del malogrado candidato macrista.

Daletto y Monzó, de la UCeDé al menemismo

Marcelo Daletto junto a Emilio Monzó durante los 90 fueron miembros de la juventud de la Ucedé, de la que también formó parte Sergio Massa, y que tras la vinculación del menemismo hacia el neoliberalismo, se traspasaron a las filas del “Turco”.

Sin embargo, el cambio de camisetas no quedó ahí ya que Monzó, acompañado por su ladero Marcelo Daletto, un acomodaticio que pasó del menemismo al sciolismo, luego al kirchnerismo y recaló –por ahora- en el PRO, arrastrando además algunas causas judiciales por corrupción, trabajan en el armado presidencial de Macri.

Monzó siempre fue un hombre de Florencio Randazzo, su jefe en el armado político de la Cuarta Sección, lo que explicó su lobby hacia el interior de la administración macrista a favor del traspaso del subte. Por eso lo tildaron de “infiltrado”.

Sobre Daletto, son pocos los que lo quieren en la ciudad de Buenos Aires, a excepción de algunas muchachitas que les ofician de “entretenimiento”. Pese a que desde la Subdirección de Asuntos Federales del Ministerio de Gobierno pregone el “recambio” en la política. Decir que es trucho, es poco.

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