Opinión
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Acuerdo de precios: no se puede tapar el sol con las manos

Pablo Bolino.

Por Pablo Bolino (*), especial para NOVA.

Hace algunos días se anuncio, por 60 días adicionales, la extensión de los acuerdos de precios celebrados por la Secretaria de Comercio.

En diferentes etapas de la Argentina, la economía condicionó a la política, principalmente por episodios inflacionarios relevantes, originados por desmanejos macroeconómicos. Los gobiernos gastan más de lo que les ingresa en sus arcas, y para darle una solución a este problema, en lugar de reducir el gasto, emiten billetes para financiarlo.

La monetización de los déficits fiscales no es gratis, ya que trae sus consecuencias. Por un lado, una puja distributiva entre asalariados y empresarios, donde los primeros pelean por incrementos salariales, ya que la pérdida de poder adquisitivo se profundiza a medida que se incrementa la inflación y los segundos ceden, generando una menor rentabilidad e incertidumbre con respecto a los precios futuros, obteniendo así una menor inversión.

Por otro lado, el incremento sostenido de los precios a lo largo del tiempo no permite ahorrar, por lo que todos aquellos que tienen algunos pesos los consumen en bienes o servicios, generando un incremento adicional en la demanda de los productos. Así se llega a una situación de espiral precio-salario, donde los primeros presionan a los segundos y termina siendo una carrera donde uno no le gane al otro, y todos los demás mirando cómo se desarrolla esa pelea sin un horizonte temporal certero con respecto al nivel de precios futuros.

Hace poco se publicó un ranking de 187 países: la economía argentina sufrió la tercer mayor suba de precios del mundo detrás de Venezuela e Irán, alcanzando un 25%. Otros países de la región, en cambio, como Colombia (2,4%), Chile (2,6%), Perú (2,8%), Brasil (5,9%) y Uruguay (8,9%), se ubican en niveles bastante mas moderados.

La inflación es un impuesto totalmente regresivo, donde se ven afectados aquellos ciudadanos con más bajos ingresos y menor capacidad de ahorro. Se pulveriza la capacidad de compra, ya que a medida que pasa el tiempo los precios se incrementan. En cambio, aquellos sectores más pudientes cuentan con diferentes herramientas para evadir este impuesto.

La teoría económica explica que el precio máximo es implementado por un gobierno cuando este cree que el precio del bien o servicio no es el justo según la oferta y demanda del mercado. Es más, muchos de estos gobiernos descreen de la economía de mercado. Cuando el gobierno establece un precio máximo por debajo del precio del mercado, la cantidad demandada de ese bien será superior a la ofrecida, generando una escasez de ese bien.

Algunas personas interesados en consumir el bien no lo podrán hacer. El mecanismo para racionar el bien escaso puede ser por sistema de colas, donde quienes estén dispuestos a destinar parte de su tiempo a hacer cola para consumirlo lo harán, y otros no. Para aquellos que lo ofrecen, racionarán el bien debido a la gran demanda, generando un sesgo en favor de algunos compradores y en contra de otros, siendo la mayoría de las veces injusto.

El congelamiento de precios realizado por la Secretaria de Comercio incluye 500 productos que son comercializados por las principales cadenas de supermercados. Dentro de los productos podemos encontrar aquellos que van desde higiene personal, pasando por alimentación en general y finalizando en artículos de limpieza.

Los productos incluidos en este acuerdo son necesario y básicos, pero no se encuentran seleccionados aquellos productos relacionados con enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación, la piel u otra patología. Otra duda que surge se refiere al por qué de estos productos y no otros, conociendo que en la economía existen más de 500 productos.

En este contexto, las empresas no pueden ofrecer sus productos en función de la demanda sino de acuerdo a una decisión gubernamental. Este tipo de intervenciones promueve la creación de segundas marcas de las mismas empresas, cuyos productos se encuentran congelados en la lista de la Secretaria de Comercio. Aquellas personas que no consigan los productos a precios congelados, ya sea porque no hay la suficiente oferta o no quieran realizar cola, podrán conseguir los productos pero al precio que realmente valen en el mercado.

La política de congelamiento de precios también es en cierta medida regresiva, porque el mismo producto de esa lista que compra un gerente de una empresa multinacional, paga el mismo precio que el cadete de la misma empresa, por lo que se generaría un efecto adverso y diferente al que se quiere lograr

Creo que aunque continúen hasta el infinito los acuerdos de precios, el problema con la inflación no se va a solucionar con parches de corto plazo. Se podrá disminuir su efecto regresivo, pero en el largo plazo se deberá atacar el problema de fondo: la inflación.

(*) El autor es economista (UNLP) y master en Finanzas (UCEMA). Consultor en temas de economía y financiamiento para PYMES, docente UNLP, UAA y UTN.

@pablobolino

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