Política
Una ciudad que intenta levantarse

Actos paralelos a 1 año de la inundación: rispidez y fragmentación entre los inundados

Dos actos conmemorativos de distinto color a escasos metros. (Fotos: NOVA).

Hace un año La Plata quedó devastada por un cachetazo de la naturaleza sin precedentes: 392 milímetros de lluvia cayeron en apenas dos horas. Las calles se convirtieron en ríos, arrancando la vida de 89 personas. Lejos de superar la catástrofe, los vecinos intentan levantarse como pueden.

A 365 días del temporal, las diversas opiniones e intensiones de los damnificados generaron rispidez y fragmentación entre ellos. Y eso se evidenció durante la mañana de este miércoles: un sector alineado al bruerismo organizó una serie de stands en la puerta del Palacio Municipal y a 5 metros otro grupo instaló un escenario enarbolando un reclamo más punzante.

En los actos conmemorativos se reflejó la heterogeneidad de los reclamos. La relación con el intendente es la principal causa del antagonismo.

Carlos García, presidente de la Asociación de Familiares de Víctimas (AFAVI), integrada por allegados a la gestión, disparó en diálogo con NOVA: “Nuestro único objetivo es llegar a la realidad y reclamar lo legal y justo para la gente, ellos tienen intensiones políticas. Yo quisiera ver si el día de mañana siguen ayudando a la gente”.

“Somos 55 familiares de víctimas que pusimos los stand con fotos y proyectores a pulmón, lo único que nos dio el Municipio fueron los gacebos. Ahora ves a las Asambles y tienen escenarios, estructuras, equipos de audio y eso no creo que lo hagan ad honorem, acá hay algo político detrás”, agregó.

García aseguró que a un año no hubo muchas soluciones: “Si bastante ayuda municipal, no del gobierno bonaerense de Daniel Scioli y del nacional de Cristina Fernández que hicieron oídos sordos”.

Desde la otra vereda, Asambleas barriales y Organizaciones sociales exigieron memoria, justicia y verdad. “El acto que desarrolla esta facción de victimas alineadas al intendente no tiene cuerpo y apoyo de la sociedad”, disparó Agustín Arzac, uno de los jóvenes manifestantes, a este portal.

Las secuelas sociales y políticas son imposibles de esconder. El intendente Pablo Bruera había comunicado por lo bajo que visitaría a las 8 de la mañana de este miércoles 2 de abril a un grupo de familiares de víctimas que mantienen una buena relación con el Municipio. Su presencia fue fugaz y se anticipó una hora.

Es real que fue un embate de la naturaleza con extrema furia, pero también es cierto que la ciudad no estaba preparada. “Las autoridades no hicieron nada para prevenirlo y las posteriores acciones fueron tibias. Las escasas respuestas oficiales, tanto del Municipio como de Provincia y Nación, son un fiel reflejo de una tragedia que sobrepasó a todos los estamentos”, concluyó uno de los asambleístas.

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