A la intemperie, cocinando en ollas comunes a leña, las familias esperan ser censadas para poder entrar a los terrenos. Pero desde la Dirección Provincial de Tierras no responden sobre la reunión de la mesa técnica que debería resolver el caso y avanzar con la entrega de los lotes.

Liliana, delegada de la manzana 11 de la toma del Nuevo Abasto a NOVA que falta “censar a las familias que quedaron fuera, solo hay 20 censadas" y agregó muy preocupada que "prometieron darnos una solución y hasta ahora no hay nada, la mesa técnica se está haciendo muy larga".

Ante ciertos rumores de desalojo, los habitantes mantienen la alarma, pero van a seguir "porque necesitan realmente. Hay gente que está en la calle y no tiene donde estar. Tenemos un chico que está acá desde un principio porque no tiene dónde ir", relató la mujer.

Ella vive en la parte que fue expropiada en 2015 y denuncia que de todo lo que se prometió, no tienen nada, están sin luz, sin agua, sin cloacas y sin el jardín. "No tenemos nada de eso y, ahora, el intendente [Julio] Garro nos quiere desviar los fondos que estaban destinado para obras en el barrio", indicó Liliana.

Las familias esperan y esperan por las tierras para habitarlas. María Rosa es madre soltera, va y viene todos los días al acampe porque el dinero ya no le alcanza. "Estoy pagando un alquiler de 3.500 pesos, me quedé sin trabajo", cuenta la mujer mientras mira la pava sobre el fuego.

"Estamos desde la primera toma que fue el 17 de julio del año pasado. Pasamos todo el invierno, todo el verano, ya se viene otro invierno y hasta ahora no tenemos una solución", dice Modesto que se dedica a la quinta y vive alquilando hace 10 años, paga 5 mil pesos mensuales con un salario que ronda los 13 mil pesos.

Paola, otra de las mujeres que vive en el lugar manifiesta que "las familias estamos necesitando el terreno, muchas ya no pueden alquilar. Salimos a trabajar y volvemos. Llevamos a los chicos y volvemos porque yo no puedo alquilar más", indica y agrega: "Es pagar un alquiler o comer".

Abigail cuenta que vivía en Olmos, después se vino para la toma porque no podía pagar más el alquiler de 5 mil con un ingreso de 6 mil pesos. "Estamos con el agua que nos tuvimos que prestar y cocinamos en fuego a leña", manifestó.

Por su parte, Belén viene acompañando a las familias desde que empezó el acampe porque sabe lo que es estar en esa situación. "Yo participé de la toma del Nuevo Abasto, sé lo que fue luchar por tierras acá a la vera de la ruta, usando de baño un pozo", relató.

"La gente que está acá no pude pagarse un terreno, un terreno ahora está arriba del millón de pesos", aseguró Belén, quien finalmente se dirigió a las autoridades y pidió que "por favor, que les puedan dar una vivienda para que puedan vivir dignamente con sus hijos".