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Vacaciones gasoleras: vecinos de Villa Elvira evalúan las playas del Río de La Plata

Las quejas empezaron a sonar en dos balnearios muy concurrido por los platenses: La Balandra y el de Magdalena.

Como todos los años, según un informe del sitio Noticias de Villa Elvira los vecinos que no tienen mayores recursos para buscar climas y balnearios diferentes, optan por visitar las playas de localidades vecinas, para acercarse un poco al río, disfrutar de la naturaleza y pisar la arena. Los visitantes contaron de sus experiencias en Punta Lara, La Balandra, Magdalena y Punta Indio.

Por estos días los comentarios de los balnearios abundan y mientras algunos elogian ciertas playas por otro lado los reclamos van en aumento.

Poco a poco, la Ensenada se empieza a ganar la empatía del platense que visita Punta Lara porque los cambios en los balnearios y playas son significativos, la vista ha cambiado para bien y el cuidado de las playas por parte de la gestión de Mario Secco es muy bueno según la visión de los visitantes.

Por otro lado, las quejas empezaron a sonar en dos balnearios muy concurrido por los platenses, como lo son La Balandra y el de Magdalena.

En primer término, un grupo de jóvenes que visitan las playas de Berisso para juntarse hace muchos años y que también aprovechan para andar en cuatriciclos por los lugares permitidos, se quejaron del precio de la entrada de acceso a la playa municipal de La Balandra.

En Berisso, Mario Guaimas, afirmó que los precios elegidos por la intendencia local van de 75 pesos para motos, 150 autos y 300 camionetas. Algunos visitantes se quejaron del abandono de los bancos, parrillas y por el estado deplorable de los baños públicos.

En Magdalena se cobra por persona y tiene una plusvalía, porque no se salva nadie, para el ingreso al balneario de Magdalena y tener acceso a la playa pública del Río de La Plata, la entrada cuesta 80 pesos por persona y se les cobra hasta a los discapacitados.

Lo denunció Fabián Hernández, vecino de Magdalena que el primero de año reclamó que se le estaba cobrando la entrada al turismo así visite el balneario o algún familiar.

Relató que gente amiga lo fue a saludar por el primero de año, sin intenciones de ir al balneario, pero se encontraron que a unos 100 metros antes, se estaba cobrando la entrada y hasta le cobraron al pequeño hijo de la familia con una discapacidad evidente.

En relación a cómo se encuentra Magdalena hoy, Fabián ha ilustrado a través de sus videos, que son públicos y se pueden ver en el Facebook que lleva su nombre, que aún existen edificios municipales en construcción, sin pintar y con falta de terminaciones. A la salida del balneario fueron retiradas las duchas que existían hace muchos años y no hay piletas para lavar los platos.

A los comerciantes del lugar se les prohíbe la venta de alcohol y a los visitantes también se los puede llegar a sancionar por tomar bebidas en lugares públicos, siempre y cuando que el “espacio público” tiene una renta per cápita impuesta por las autoridades.

Como en años anteriores, desde el municipio de Magdalena acusan que los gastos que se originan al mantener los espacios turísticos y los guardavidas superan ampliamente lo recaudado a través del bono impuesto al ingreso de la playa pública.

Finalmente, entre las preferencias de los visitantes, aparece la localidad de Punta Indio, donde aún se puede admirar los paisajes y la naturaleza en estado puro, aprovechar las tentadoras ofertas culinarias del lugar –se dice que allí preparan las mejores pastas de la región- y disfrutar de los camping que albergan a cientos de visitantes.

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