Opinión
Gobierno y pueblo

La élite

María del Carmen Taborcía, abogada y escritora.

Por María del Carmen Taborcía (*), especial para NOVA

Las élites, son grupos selectos, minoritarios, conformados por lo más granado y distinguido de la sociedad. Por lo general, forman parte de las élites las personas de mayor prestigio, reconocimiento, influencia o riqueza dentro de su ámbito.

Tanto élite como elite son formas que se consideran adecuadas en nuestro idioma. En la historia del pensamiento social este tema ha sido estudiado desde la antigüedad, a partir de conceptos de sabiduría y virtud. No obstante, es hacia fines del siglo XVIII y comienzos del XIX cuando la noción de élite cobra gran relevancia.

La aparición del término élite en el francés está íntimamente relacionado con los ideales republicanos, en tanto el concepto simboliza la demanda de que quienes ejercen el poder deben ser escogidos "por sus virtudes y sus méritos" y no por su origen familiar.

De allí que en las sociedades se conformen distintas elites, dependiendo del campo de acción o de intereses que abarquen. De esta manera, existen elites políticas, económicas, empresariales, industriales, científicas, intelectuales, artísticas, deportivas, entre otras.

Cada élite sectorial defiende sus propios puntos de vista, es así como uno de los problemas centrales de las sociedades modernas es la integración horizontal, es decir, el mantenimiento de relaciones medianamente armónicas entre las mismas; y la integración vertical, significa esto, el establecimiento de un contacto fluido con el resto de la población.

Charles Wright Mills, fue un sociólogo estadounidense reconocido por haber estudiado la estructura de poder en los Estados Unidos en su libro “La élite del poder” (1956), en el que hace referencia al núcleo de poder entre las élites económicas, políticas y militares.

Este esquema se replica en prácticamente todos los países del mundo. En algunos funciona más la dupla del sector empresarial y político íntimamente unidos. El traspaso de políticos a los sectores de negocios privados y viceversa es altamente conocido.

Los sistemas democráticos han tratado de equilibrar las diferencias clasistas a través de la elección de representantes del pueblo. Pero las cosas no han salido del todo bien y las élites han resurgido con vehemencia.

¿Pero las élites gobernantes son siempre ilustradas y los demás ciudadanos ignorantes? Desde una posición dominante la respuesta sería afirmativa, y desde la perspectiva de la mayoría sería negativa.

(*) Abogada y escritora

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