Opinión
Colapso cotidiano

El problema del tránsito en La Plata es de transporte

Sergio H. Poggi, autor de la nota, es arquitecto, docente y presidente del Instituto de Políticas Públicas del Partido Justicialista La Plata.

Por Sergio H. Poggi (*), especial para NOVA

Todos los días, para trasladarnos, vivimos protestando: si viajamos en auto, porque las calles están atestadas de vehículos, debemos estacionar lejos del destino y los gastos son astronómicos; si vamos en moto o bicicleta, arriesgamos constantemente la vida por la superpoblación vehicular, si usamos taxi o remise, debemos considerar un monumental sobresueldo y, si usamos el micro, viajamos lento, abarrotados, y maltratados. Todo eso agravado si llueve.

Desde la década del 60, para llegar desde la periferia al centro, o trasladarnos dentro del casco urbano, hemos visto un decrecimiento de la variedad de ofertas: trenes, tranvías y trolebuses son historia.

Es lógico y coherente que si la única forma de trasladarse es utilizando las calzadas, llegue un momento que éstas colapsen y, ese momento está ocurriendo ahora.

Lamentablemente, ningún intendente municipal, más allá de esporádicas intenciones, intentó seriamente solucionar este problema, tal vez porque una solución coherente y duradera lleva mucho más que un período de 4 años y, sus resultados pueden no vislumbrarse ante una renovación de mandato o, también puede ser por incapacidad de su equipo de gobierno para investigar a fondo todas las alternativas y proponer en consecuencia. De todas formas, quienes sufrimos esta inacción somos todos los platenses.

Nuestra ciudad tiene, como ninguna otra, un entramado de avenidas ortogonales y diagonales muy anchas, con plazas cada 6 cuadras y, una avenida de circunvalación con un centro parquizado, incluyendo además un entramado de vías férreas que salen de este casco urbano en sentido radial uniéndolo a todas y cada una de las localidades vecinas (ver plano, imagen 3).

Asimismo, por su geomorfología y la traza urbana, resulta relativamente económica la instalación de un tren subterráneo, el cual se podría construir en etapas (ver mapa). Basta recordar que la ciudad de Buenos Aires al comenzar su red, tenía una población de 700 mil habitantes, similar a la nuestra en la actualidad. (Si bien sobre este tema, la intención es sólo instalar la propuesta, para los agoreros, deseo recordarles que nuestra ciudad es la capital de la principal provincia argentina y, esa condición debe hacerse valer ante las autoridades provinciales y nacionales para que realicen el aporte que corresponde.)

El acceso del tren Roca, a nivel o soterrado o, tal vez culminando su recorrido en una Estación Ferroautomotor en Tolosa (a tan sólo 15 cuadras de 1 y 44), la construcción de dársenas en las paradas de colectivos para agilizar el tránsito vehicular, la reestructuración de algunas paradas de taxis a fin de evitar el embotellamiento producido por los vehículos de alquiler en doble fila, entre muchas otras propuestas, deben formar parte de una agenda urgente que exceda al marco del gobierno municipal para transformarse en un tema a debatir y proponer por el conjunto del pueblo platense y, las decisiones tomadas deben ser incluidas en la agenda de cualquier fuerza política que acceda al Ejecutivo comunal.

Todo esto complementado con un análisis respecto al condicionamiento para las obras de propiedad horizontal nuevas con el fin de garantizar la cantidad de cocheras necesarias para el número de unidades funcionales a crearse, (al menos en el casco urbano).

Es hora que los políticos dejen de tener como prioridad la próxima elección y comiencen a pensar en el futuro de nuestra ciudad y región y, sobre todo, en su gente: nosotros.

(*) arquitecto, docente, presidente del Instituto de Políticas Públicas del Partido Justicialista La Plata.

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