El estado de un caballo desató un enfrentamiento en pleno centro de la ciudad
En esta ocasión, 8 y 49 fue epicentro de una fuerte discusión entre una proteccionista del zoológico de la ciudad y un cartonero, quien fue acusado de trabajar con un caballo en malas condiciones. Situación que terminó con la participación de efectivos policiales.
En ese marco, NOVA se acercó al lugar para hablar con los protagonistas del hecho. Ariel Roberto Guzmán, el acusado comentó que la mujer llamó a la policía porque decía que “mi caballo está en mal estado”.
Tras asegurar que ésto no era así, el cartonero mencionó que “el sólo está cargado con cartón, no tiene sobrepeso, ni está maltratado”. Además, agregó que “el caballo cuenta con las cuatro herraduras” y, a diferencia de una de las críticas que lanzó la denunciante, quien sostuvo que el animal estaba “muerto de sed”, detalló que “no quise beber agua porque tomó antes de salir a la calle”.
Recordemos que la tracción a sangre -los carros o carruajes tirados por caballos o cualquier otro animal de similares características – es un tema que se ha afianzado en el discurso de las asociaciones protectoras con el advenimiento del nuevo siglo.
Consultado por si estaba al tanto de que existe una ordenanza que, establece multas para quienes dejan a sus animales en la vía pública y ejercen la tracción a sangre, Guzmán respondió que sí que, “nada me gustaría más que tener movilidad para trabajar, pero lamentablemente no tengo otra cosa que mi caballo”.
En sintonía, detalló: “Yo sé que esto no está bien, pero no tengo otra forma de hacerlo y sino no puedo llevar el pan a mi casa; tengo una criatura que mantener y saliendo de esta situación, si voy y reclamo en algún lado para que me den una solución, nadie me escucha”, detalló.
Sin embargo, la denunciante, quien se encontraba a pocos pasos de Guzmán expresó: “Ésta no es la primera vez que denunciamos casos de maltrato animal. El tema de la tracción a sangre es de no acabar; en nuestra ciudad estos casos son moneda corriente”.
Lo cierto es que, efectivos policiales tuvieron que tomar cartas en el asunto, dado que en un momento de la discusión las palabras comenzaron a ser más fuertes. En tanto, la protectora se fue y el cartonero tuvo que quedar en la cuadra para dejar que su caballo pudiera descansar, medida que le pidió la policía.
