El Código de Convivencia de Garro ya ingresó al circuito legislativo y genera adhesiones y polémicas
Todavía ignorado por la población, observado por parte de la oposición política y ponderado desde el oficialismo municipal, el Código de Convivencia impulsado por el intendente Julio Garro será abordado por el Concejo Deliberante antes de que termine el ciclo actual se sesiones.
El expediente que contempla el proyecto ya entró en el circuito legislativo y comenzará a ser tratado por las comisiones de trabajo para luego llegar al recinto. Además, desde la jefatura comunal destacaron la importancia de la participación de los vecinos a la hora de discutir la iniciativa, por lo que se instrumentarán talleres para los vecinos de todo el partido.
Aunque en modo "off" porque todavía no está oficializada la letra de la propuesta, algunas voces de la oposición lo calificaron como "recaudatorio" en función de artículos que general polémica y otros de "represivo": "Aparenta búsqueda de consensos pero en nombre de la armonía prohibe muchas costumbres ciudadanas" dijo un concejal de extracción peronista.
Participación ciudadana
Según se supo, durante tres semanas se llevarán adelante un total de 36 charlas en cuatro zonas específicamente divididas de la ciudad, donde se desarrollarán nueve talleres en cada una.
Aquellos interesados en participar, podrán ingresar al sitio de la comuna, donde tendrán la posibilidad de inscribirse para formar parte de los mismos.
Con los ejes puestos en “Convivencia en calles y espacios públicos”, “Convivencia con animales y Arbolado”, y “Convivencia sana”, los vecinos realizarán actividades para buscar soluciones a situaciones diarias que se dan en la región.
Multas por lavar el auto
A pesar de cierto hermetismo sobre pautas ya establecidas que contiene la letra del proyecto en sus artículos, empezaron a trascender algunos datos concretos sobre la propuesta.
Por ejemplo, para lavar el auto en la vía pública, se contemplarían multas que van desde los 6500 a los 52 mil pesos (artículo 114º). La norma apunta a una situación de uso y costumbre que en otras ciudades es severamente sancionada. Se trata de impedir el derroche de agua dulce y las molestias que causa a vecindario el hecho de utilizar la calle como lavadero.
