Caracas tuvo invitados de lujo. “En Troné y Me Hundo cantó un amigo mío de toda la vida, Kubilai Medina de Mostruo! con el que compartimos también otro proyecto que se llama ROTO. Neco Marcenaro tocó una guitarra acústica de 12 cuerdas en Qué hice”, comentó el cantante en una amena charla con NOVA.

Desde El Gobierno Invisible, Germán Tschudy se hizo cargo de los sintetizadores en Esta noche, Árbol viajero y Tropical. Luego de la grabación cambió de apellido: ahora es un Pérez más, y Matías Zabaljáuregui es un Pérez menos. En lugar del guitarrista fundador ingresó Gastón Le, voz y viola de Un Planeta.

Martín Lambert en batería y Diego Goldszein en bajo, completan este combo recargado que el sábado 9 de septiembre presentará en sociedad los sonidos de su reciente material. Lo harán acompañados de Butterjuice, en una velada que promete musicalización de Ursa Minor.

Las preventas para esta cita obligada con el pop rock en El Rincón de los Amigos (59 e/Diag.74 y 19), pueden conseguirse a 120 pesos en los locales Jason de Plaza Italia y calle 6, en la cervecería Ciudad de Gatos y también La Disquería.

“Hace poquito nos fuimos de gira, y ya estamos armando canciones nuevas, demos. Seguramente en la presentación del disco también toquemos algunos temas inéditos”, anunció Sagasti.

Es periodista y docente de la Facultad (UNLP) en Gráfica III desde hace mucho tiempo. Conserva el cargo como ayudante de ese taller, pero se alejó de la carrera para abocarse a la música, otra manera de encarar la comunicación social. “Eso me indicaba mi corazón”, confesó.

— Desde tu perspectiva como periodista, ¿utilizas la realidad cotidiana local y nacional como inspiración para escribir?

— El proceso que uno hace como compositor es similar al del cronista. De la rama del periodismo lo que más me gusta es la crónica que es básicamente ir, curtir algo, poner los sentidos abiertos, recibir y después contar, que es básicamente lo que hacemos todos los seres humanos: tener experiencias y transmitirlas.

— ¿Cómo definís el concepto base de Caracas, el hilo conductor?

— Es un disco que tiene mucha energía, mucha necesidad vital puesta en él, mucho trabajo en la composición y la interpretación. Pienso que tiene nervio, tiene grito, diferentes momentos, un rango dinámico bastante amplio, muchos tipos de tempos, es bastante ecléctico.

— Ampliaron el campo musical y se fueron a otro género como la cumbia…

— En la sala uno va experimentando con los instrumentos y demás. Estábamos haciendo ese tema, Tropical, con un Casiotone (teclado electrónico) que no era un ritmo cumbia sino de esos latinos como bossa, rumba y se fue deformando hasta llegar a donde llegó.

No es que planificamos hacer una cumbia, llegó naturalmente y en general dejamos todo lo que nos sale, no elegimos según estilos, sólo si nos gusta cómo quedó la canción.

— Se definen como una banda de pop rock, pero también son muy asociados al indie, ¿cuál es la diferencia?

— No hay diferencias, es para simplificar. En realidad no se sabe bien qué es el indie, en principio es una movida independiente asociada al rock y luego a una sonoridad específica, se interpreta como un estilo. Podríamos encajar en esa sonoridad, pero si simplificamos es rock y pop, canciones en esa onda.

— ¿Qué es lo que más le gusta al público de los Pérez? ¿Cuáles son los ‘himnos’ y los temas que más disfrutan tocar?

— El público se siente identificado de repente con el motivo por el que hacemos las canciones y por esto que nos pasa cuando las tocamos y componemos. Termina viendo qué es lo que nosotros somos, conectás. La transparencia creo que es, tanto del disco como de las presentaciones en vivo, se nota toda esa energía.

Las canciones que nos piden van variando según los discos y los momentos. Babia está siempre, también No era necesario, Una canción para hoy, Astronauta, Una ola, Dulce. De los temas viejos: Libros y gente ya es un clásico; van cambiando los pedidos.

Ahora disfrutamos tocar el último disco, porque es el que más nos entusiasma y los temas nuevos que estamos haciendo, que son lo que nos identifica en este momento. Como cambió la formación empezamos a revisar los temas y armarlos, todos cobraron una nueva energía.

— Desde tu experiencia con casi 10 años haciendo Pérez, ¿qué mensaje podrías dejarles a las bandas emergentes?

— Pienso que hay que concentrarse en lo que uno quiere hacer, no creo que existan recetas, soluciones mágicas para llegar a algún lugar. Creo que no hay que llegar a ningún lugar y hacer lo que uno quiera hoy, ahora. No decidir, no planificar tanto.

Recomiendo la integridad, que esté todo alineado, que sea una necesidad vital en todo sentido: espiritualmente, socialmente, económicamente. Cuando uno toma un camino hay que destinarle toda la energía y disfrutarlo en todas sus etapas. De repente después el camino puede cambiar.

Hay que escaparle a la dispersión en algún momento y, si uno tiene un proyecto y una necesidad vital, hacerle caso a eso y entregar todo.