La joven de 23 años está desaparecida desde el 26 de julio y su familia la busca pegando afiches con su rostro y a través de las redes sociales. El viernes 4 de agosto realizaron una concentración frente a la Fiscalía de La Plata, para exigir celeridad en la búsqueda. Pero solo hay sospechas, allanamientos y, supuestamente, iban a empezar los rastrillajes.

“Por lo que sé, ella se fue de la casa a la tarde y le dijo a la madre que iba a volver. Después, ese mismo día no aparece y yo me entero al día siguiente por mi mamá de que Johana no había aparecido”, relata la tía y continua: “Lo único que se sabe es que la vieron por última vez en 1 y 63, cerca de las 20 horas en una estación de servicio que se ve por una cámara que hay ahí”.

En ese momento llevaba un jean negro con blanco nevado, una campera marca Reebok y zapatillas blancas Nike. En la foto que circula de ella se ve un rostro juvenil de mirada triste, cabello negro con flequillo estilo rolinga y un piercing a la izquierda del labio inferior. Pero como el caso aún no se mediatiza, su rostro todavía no tiene alcance a canales de televisión.

“En sí, desde el principio pensé que se había ido a dormir a la casa de una amiga, que era una travesura de piba, porque ella tiene 23 años, jovencita. Y bueno, no le di tanta importancia porque pensé que iba a volver al otro día. Y así fueron pasando los días hasta hoy que no sabemos nada de ella”, dice muy conmovida la tía.

Johana vive junto a su mamá y sus hermanos; tiene una hija que, a raíz de la separación de su ex pareja, no la estaba pudiendo ver. Pero hacía poco había empezado a entablar la relación con el padre para poder tener una buena comunicación por la hija.

Más adelante, Mariela, continuó: “Lo que pienso es que Johana no es que no está viniendo a la casa porque no quiere o porque es decisión de ella no volver, porque ella ama a su hija y lo que más anhela es verla. Y hacía una, dos semanas atrás había empezado a verla y los días posteriores, de que ella desapareció, iba a volver a verla”.

Emocionada, la tía expresa el deseo de verla de vuelta, porque más allá de toda esta movilización, de la gente que acompaña, hay toda una familia que la está buscando y una hija que la está esperando, y “cuando uno se acuesta a dormir, te vienen los pensamientos y pensar que cosas raras pueden pasar”, se aflige Mariela.

Ella tiene 23 años, siempre fue muy independiente, se ponía algo en la cabeza hasta que lo cumplía, siempre fue así, de proyectar con su familia, de proyectar con su hija. Cuando se iban a trabajar a la cooperativa, junto a su tía, ella siempre tenía proyectos nuevos, ideas nuevas y era súper alegre, pero también era súper enojona.

El lunes 31 de julio, los familiares fueron recibidos por Betina Lacki titular de la fiscalía N°2, a cargo de la investigación, a quien le pidieron que se intensifique la búsqueda. Pasados los días y ante la poca respuesta, volvieron a movilizar el viernes 4 de agosto; ahora están planificando otra movilización para esta semana para exigir a la justicia que no la dejen de buscar.