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Crítica realidad en La Plata

Para un productor de Los Porteños, después de la tormenta no llegó la calma

El temporal con fuertes ráfagas de viento que azotó a la ciudad el domingo 5 de febrero de este año, ocasionó daños severos en el cordón frutihortícola, afectando buena parte de las instalaciones y sembrados. (Foto: NOVA)

Por Isaac Quispe Rojas, de la redacción de NOVA

El temporal con fuertes ráfagas de viento que azotó a la ciudad el domingo 5 de febrero de este año, ocasionó daños severos en el cordón frutihortícola, afectando buena parte de las instalaciones y sembrados. Pero lo lamentable es que hasta ahora hay muchos productores que no pudieron recuperarse de esa situación.

Tal es el caso de Policarpio Suruguay, que alquila un campo a la altura de 454 e/ 144 y 146 y se dedica a la producción de flores. Desde aquella fecha no ha podido revertir la situación de su quinta y no ha recibido ningún tipo de ayuda que se había anunciado mediante una línea de créditos.

En dialogó con NOVA, el productor, casi decepcionado, narró que “desde el temporal esto está así y no ha venido nadie a ayudarnos. Solo de ASOMA nos dieron tres rollos de nylón y la verdad es que no alcanzó para mucho, además tengo que pagar el alquiler aquí”.

“En nuestra quinta pudimos recuperar algo y estamos cultivando lo que podemos, porque tenemos que vivir”, dijo con impotencia el productor de flores mientras caminaba entre los invernáculos caídos, mirándolos con tristeza. El próximo año se le vence el contrato de alquiler y, por los costos, tiene que evaluar si renueva o debe buscar otro lugar.

Pero su caso es uno de los muchos que padecieron el temporal; además, la mayoría de los productores de la zona tiene que enfrentar problemas en torno al acceso a la tierra, las tarifas energéticas, los insumos para la producción y los costos de los invernáculos y la desinfección del suelo, donde el costo de los agroquímicos trepa a los 10.000 pesos.

La falta de ayuda estatal pone en riesgo la producción y el abastecimiento de alimentos frescos, así como la subsistencia de los productores familiares, que en su mayoría son arrendatarios y medieros que no tienen acceso al crédito por lo que viven endeudados con las financieras. Y lo cierto es que, para recuperar la producción, no hay forma de solventar los gastos, si no es con créditos.

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