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El ex Peligrosos Gorriones, solista

Tito Chagalj: "Con FILO le di un cierre a mi deseo de hacer algo muy íntimo"

Un ícono del Nuevo Rock Argentino de los '90 como Tito Chagalj, presentará este viernes en La Plata su nuevo disco. (Foto: NOVA)

Por Pamela Orellana, de la redacción de NOVA

En la antesala de un disco que se hizo esperar medio año, Roberto “Tito” Chagalj, reconocido por encarar la batería de Peligrosos Gorriones entre otras bandas icónicas que dio el rock nacional en los '90, habló sobre la carrera musical que lo curtió hasta el punto de lanzarse como solista.

El rosarino presentará FILO este viernes en La Plata, ciudad que lo adoptó desde muy pibe y lo vio crecer artísticamente. A las 21 horas en C’Est LaVie (55 e/17 y 18) comenzarán a sonar los acordes del primer EP de su exclusiva autoría. Las entradas se venderán sólo en puerta y habrá opción de combo con el disco.

“Estoy súper contento y con gran expectativa, cumpliendo un sueño que hace mucho vengo teniendo que es concentrar todo en las canciones, una síntesis entre poesía y música. Es un resumen íntimo y concreto”, definió en una charla con NOVA.

— ¿Cómo es pasar del rock a algo más tranquilo como el género canción?

— Si bien fui muy rockero y me encantaba, tenía la camiseta puesta, pasaron cosas fuertes en la vida que me han ido cambiando. La primera fue cuando me fui a vivir a Brasil. Me entró mucho la música brasilera porque no tenés otra opción allá, entonces me abrí un poco a eso, me fui poniendo otras camisetas, sin dejar de ser rockero.

Después, en esta última época de nuestro país vino mucho la música uruguaya, se latinoamericanizó y me influyó.

— ¿En qué te inspiraste para componer?

— Encontré el momento en el que pude expresar lo que quería. No busco, no me preparo, sino que es una relación que tengo con la guitarra y en un momento surge algo, la música me va generando palabras, letras.

Como es algo compulsivo, las letras tienen un componente fundamental que yo veo después: el amor está presente fuertemente. Me parece la fuerza más grande.

— ¿Quiénes son los músicos que te acompañan en esta nueva etapa?

Este viernes me acompañarán la mayoría de los músicos con los que grabé el disco. En guitarra eléctrica Guillermo Coda, amigo y compañero de mi paso por los Gorriones; Esteban Olaechea y Juan Correa, compañeros de Campesino Salvaje; Federico Mosquera de Los Carlitos y una actual, La voz de los Marcianos; Chebo Menvielle de Karak; y Nat Soulé, una amiga nueva de C’Est LaVie que tiene una voz maravillosa.

— ¿Cómo se desarrolló tu carrera musical antes de concentrarte en este disco?

— Un proyecto muy grande que duró como siete años fue Campesino Salvaje, tocamos muchísimo, hasta debajo de las baldosas, hicimos un ciclo mensual de tres años en La Enseña de las Tres Ranas, tocamos en Tecnópolis, en Buenos Aires, en Quilmes.

Esto fue hasta hace tres años que grabamos el segundo disco. El primero, se usó para el programa televisivo U Historias universitarias de Canal Encuentro. Siempre fue todo a pulmón.

Yo venía madurando este nuevo disco, desde cuando vivía en Brasil, hace 14 años. Mientras tanto pasó Franca, pasó Tao (hijos) y pasó Campesino Salvaje.

Siempre anduve tocando. Estuve en un paso intermedio entre FILO y Campesino que fue La Voz de los Marcianos.

— ¿En qué te basaste para elegir el nombre de este último material?

— Salió de una letra que habla de andar por los límites, los bordes, la luz naranja prendida, lugares riesgosos donde te acercás y aprendés mucho. Con FILO le di un cierre a mi deseo de hacer algo muy íntimo, muy personal.

Tuve mucha paciencia porque la idea de sacar un disco con la guitarra y las letras la tuve en Buzios hace 14 años. Pero las letras me empezaron a fluir ahora; aunque en otra etapa de mi vida como músico, hice muchas letras.

— A propósito de eso, ¿cómo fueron tus comienzos en la música?

— Arranqué con la batería, a los 12 años, tanto en La Plata como en la Argentina era el esplendor del heavy metal, así que le pegábamos con todo a la bata. Se oponía al rock nacional de Sui Géneris, Almendra.

Empecé a tocar con el grupo Karak donde estuve como cinco años. Eran otros tiempos, para hacer un demo había que ir a grabar a Buenos Aires.

— ¿Tenés pensado tocar en Rosario, tu ciudad natal?

— Es una deuda pendiente, nunca fui a tocar. Allá quedó parte de mi familia. Ahora tengo pensado hacer un recital por mes, en diferentes lugares y cuando llegue el verano abrir un poco el espectro, quiero ir a Rosario, quiero ir al Sur donde conozco mucha gente que me invitó a tocar. Disfrutar viajando y tocando, que también es un sueño. Y acá en La Plata o Buenos Aires voy a presentarme en banda, más ordenado.

— ¿Qué opinás de la actualidad cultural, en especial del presente de la música nacional?

— Me parece que se está cerrando una época, con el cambio de Gobierno. Están cerrando muchos espacios culturales y antes se acostumbraba tocar en todos lados, en las calles.

Recuerdo el Calita Fest que se hizo dos o tres años seguidos en Estación Provincial, donde tocamos con Campesino Salvaje. Fue una idea que nació en Barcelona, una vez al año las bandas salían a tocar en la vereda y los mismos creadores trajeron el festival acá. Fue el esplendor de los centros culturales, que estaban llenos de músicos tocando.

Respecto a la música en particular, creo que el estilo uruguayo está bajando un poco, y veo como un signo de interrogación.

— Mucha fusión de géneros.

— Sí, desde los grupos más conocidos o antiguos como Los Piojos. Vino el candombazo y se metió medio de prepo influenciando todo.

— En este marco no podemos dejar de hablar de Peligrosos Gorriones ¿cuáles son tus mejores recuerdos?

— Adrenalina. Yo entré después de que grabaran el primer disco, que a mi gusto fue el más lindo, cuando la banda tuvo una crisis y se disolvió. Quedó Francisco (Bochatón), entramos un guitarrista (Tomás) y yo en batería. Entré en el momento en que la fiesta explotaba, por así decirlo. Ensayamos un mes y ya estábamos de gira por todo el país, estadio lleno de fans; fue una locura.

Entré en un momento en que la música de acá se llamaba Nuevo Rock Argentino. En las giras éramos un montón de bandas como Illya Kuryaki, Los Brujos, Massacre, Los Caballeros de la Quema, Babasónicos, y los Gorriones. Íbamos por las provincias en barra, dormíamos en cualquier lado, las discotecas estaban llenas.

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