La familia de Agustín Alderete se enteró este viernes que la obra social IOMA le denegó el trámite de excepción que habían solicitado. Tras la negativa inicial, bregaban por una reconsideración, con la fundamentación necesaria.
Se trata de un niño con una problemática que requiere asistencia en forma permanente. Para que al menor no le falte nada, su mamá, Romina Ramírez, tiene tres trabajos, pero se le hace imposible afrontar todos los gastos, los cuales deberían correr por cuenta de la obra social.
El menor tiene una internación domiciliaria y necesita la atención de profesionales continuamente, el trámite de excepción era por pañales, ya que los que le otorga la obra social no le alcanzan.
La mujer solicita una ampliación de 300 pañales, ya que el menor utiliza 13 por día. Cabe mencionar que Agustín se alimenta por sonda y lo único que recibe es líquido y es por esa razón es que orina tantas veces en el día.
En la reconsideración, Ramírez plantea una fundamentación médica y además encuadra el pedido en los derechos que tienen los discapacitados, haciendo alusión a que el Estado debe garantizar las necesidades de las personas, como sería en este caso los pañales.
En la actualidad, la madre tiene que plantearse un camino ante la Justicia, interponiendo un recurso de amparo, cosa que no debería ocurrir, más cuando hay fundamentación para que la obra social ofrezca una solución.
Un tema con IOMA que parece de nunca acabar, ya que Agustín necesita una internación domiciliaria de 24 horas y el año pasado se la negaron, hasta que el medico auditor concurrió al domicilio y comprobó que era necesaria ese tipo de internación.
Una obra social que resuelve desde un escritorio el sí o el no, sin ver la necesidad que tiene una familia. “Los pañales son para mi hijo, no para venderlos. Es un gasto mensual de 3500 pesos”, dijo la madre y vale subrayar que no es solo ese gasto el que tiene el menor, por ello la indignación.
