Economía y Empresas
Mal indicador económico en la capital provincial

Como en 2001, brillan los clubes del trueque por la falta de ingresos

El club del trueque regresó y parece que se extenderá en otros puntos de la ciudad.

Tarifazos en los servicios públicos y en los combustibles, cierre de fábricas, alta inflación, falta de inversión productiva, generan desempleo y pobreza. Eso es lo que está pasando en Argentina por la política económica del gobierno nacional, y su impacto se siente en los municipios.

La experiencia rememora al 2001 cuando una devastadora crisis económica dejó a los argentinos al borde del abismo.

En La Plata ya funcionan tres ferias de canjes: dos en el barrio San Carlos y otro en el barrio de la Vieja Estación de trenes, donde más de 500 mujeres se la rebuscan para llevar comida a sus hogares.

Se derrumba la economía familiar

Mirta tiene 55 años y hasta el año pasado tenía un comercio en el que vendía artesanías de cuero, pero las ventas disminuyeron y tuvo que cerrar. Ella vive con su pareja, una hija y una nieta, y le ganó la desesperación por no poder a veces poner un plato de comida en la mesa.

Semanas atrás se enteró que funcionaba en el predio ubicado en la delegación municipal de San Carlos una feria del trueque. “Llevé lo que me había quedado sin vender al cerrar el negocio y en un par de días pude llenar la alacena. Me puse muy contenta”, recordó Mirta.

El canje por mercaderías funciona los miércoles de 15 a 18 horas en 137 entre 32 y 33, al lado de la Delegación comunal, y los sábados de 10 a 12 horas en 16 y 71, y de 15 a 18 en la plaza de 39 y 138.

Por ejemplo, este miércoles, se juntaron más de 230 mujeres, las que para poner sus mantas y exponer sus productos abonan un peso, dinero que se usa para comprar elementos de limpieza.

Natalín Rodríguez es una de las que inició el proceso del trueque. Fue en su casa, hace cuatro meses. Y como varias vecinas padecían penurias por la falta de trabajo formal, se acoplaron.

“Por eso terminamos acá (en la delegación San Carlos), porque ya somos muchas. De hecho tuvimos que ir a la plaza de 39 y 138, donde llegamos a ser más de 500”, explicó Soledad Maiz, de 23 años.

Soledad lleva ropa reacondiciona y que no usan en su familia y la cambia por comida. Este miércoles se llevó dos paquetes de salchichas, dos litros de leche, pan casero y hasta un arrollado de pollo.

“El tema es que no llegamos a fin de mes. La cosa se puso difícil desde el año pasado. Es muy duro no tener para comer”, afirmó Mirta, quien encontró en la feria del trueque, además de alimentos, contención emocional.

Soledad tenía 6 años en el 2001 y vivía en Bernal. Ella se acuerda de haber estado junto a sus padres en los trueques. “Era chiquita pero me acuerdo que mi viejo no tenía trabajo y por un pack de azúcar y dos de fideos le dieron un auto marca Fiat 128”, rememoró la joven.

La feria del trueque 2017 tiene sus reglas. No se acepta dinero y ningún objeto puede superar el valor simbólico de 90 pesos. Para hacer cumplir esos requisitos están las coordinadoras, entre ellas Natalín Rodríguez.

“Cada vez somos más las que vendemos y más la gente que se acerca a canjear”, sostuvo Soledad.

Mirta reconoce que tuvo que “sacrificar” recuerdos de sus padres por comida. “Estaban guardados y los transformé en alimentos para mi familia”, agregó.

Aunque esta experiencia saca de la miseria a unas 500 mujeres y sus familias, es un claro indicador de la recesión económica que se vive en el país por la política que aplica el gobierno de Mauricio Macri.

Por eso es que el club del trueque regresó y parece que se extenderá en otros puntos de la ciudad. Desde “Grupo canje por mercaderías”, organizado por madres luchadoras, así se difunden por las redes sociales, explican que pronto se abrirá una “sucursal” en Villa Elvira.

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