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Negocios millonarios

Inmobiliaria Yacoub-Mariani: Un polémico matrimonio protegido y favorecido por la Justicia

“Altos de Romero”, un terreno usurpado de 2 hectáreas y 144 lotes, emplazado en la localidad de Abasto, sobre la ruta 36.

Roberto Mariani y Viviana Yacoub constituyen un matrimonio cuyos negocios inmobiliarios trazan una larga historia de polémicas. Juntos lograron amasar una pequeña fortuna y vivir en el polémico country Grand Bell, donde en los últimos años se han descubierto desde casinos clandestinos hasta tráfico de drogas.

Según indicó el portal Realpolitik, es en ese barrio privado donde se teje la trama de oscuros negocios. Burdas reuniones al mejor estilo El Padrino, donde en la comodidad de sus suntuosos sillones conciben las operaciones que ridiculizarán a la ley. Según diversas fuentes, de las reuniones participarían o habrían participado desde el juez César Melazo -hoy caído en desgracia- hasta el fiscal Álvaro Garganta -quien haría las veces de nexo en esta sociedad entre la Justicia y los negocios- y altos funcionarios del ejecutivo municipal. Lejos de sentirse satisfechos por haber alcanzado tal dudoso status, en los últimos cinco años han intensificado su raid alarmantemente.

En el año 2014 salió a la luz un conflicto de larga data que el Colegio de Martilleros local arrastraba con Viviana Yacoub, a quien acusaban de no tener título de martillera. Desde la misma institución denostaban su figura y, por ende, nadie la quería como parte de esta organización de profesionales. En aquel entonces, ante el riesgo que implicaba la denuncia formal, la polémica empresaria presentó públicamente un título de martillera de la Universidad Siglo 21, desde donde aseguraron que entre los años 2012 y 2013 rindió y aprobó, con excelentes notas, una totalidad de 34 materias. Todo en un año y medio. Casi una obra de magia. O de dudoso arte, teniendo en cuenta que esta casa de altos estudios fue acusada de estafas en el año 2014.

Fue la causa del título la que inició la relación judicial y comercial que el matrimonio Mariani-Yacoub mantendría con el polémico Melazo, actualmente suspendido y acusado de aceptar sobornos en una causa del año 2003. Se trata de la misma causa por la que en 2008 cuatro policías bonaerenses fueron separados de la fuerza por el delito de extorsión: el subcomisario Walter Alfredo Parnisari; el oficial inspector Víctor Enrique Klipan; el sargento ayudante Norberto Euclides Díaz; y el inspector de la dirección Provincial de Ganadería, Omar Buze.

Lejos de amilanarse ante la surtida colección de causas que ostentan, el lóbrego matrimonio ha decidido ir por más. Según cuentan vecinos de la zona, meses atrás, Roberto Mariani habría recorrido junto a un alto funcionario judicial las inmediaciones de lo que ahora se conoce como “Altos de Romero”, un terreno usurpado de 2 hectáreas y 144 lotes, emplazado en la localidad de Abasto, sobre la ruta 36.

Como respuesta, su legítimo dueño, titular registral de las tierras, radicó una denuncia en la Justicia. La causa es por “usurpación, amenazas y estafas”. La misma recayó en el juzgado número 3, a cargo del juez Pablo Raele, y ha sido congelada sin motivo alguno desde el mes de mayo de 2015.

Ahora, Mariani habría decidido poner custodia sobre el predio y no dejar entrar a nadie al lugar. En un increíble caso de impunidad, casi como una burla a todos aquellos que intenten atenerse a las reglas, vende la posesión de los 144 lotes con un cartel de venta en el que figura su propio teléfono celular como contacto: (221) 15-5704342.

Situaciones como estas pueden encontrarse a lo largo y ancho de la región. Como ejemplo de color podemos citar el caso de un gran emprendimiento inmobiliario que Viviana Yacoub intenta llevar adelante en la calle 13C entre Cantilo y 473bis, en City Bell. Allí, profundizó en la búsqueda de inversores que le posibiliten comprar unas cuatro propiedades en la céntrica calle, para luego demolerlas y edificar un centro comercial. Probablemente como resultado de sus antecedentes, una vez más los inversores han rehuido al proyecto y quedó en la nada.

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