Días anteriores, por iniciativa de un investigador adjunto del CONICET La Plata, Pablo Arnal, se firmó y acordó la puesta en marcha un proyecto de tres años de duración (justo lo que le queda de tiempo al gobierno de turno) basado en el desarrollo y aplicación de un sistema de remoción de microorganismos patógenos en el agua denominado Filtro de Arena Lento (FDAL), una tecnología sencilla que, según el Conicet, la Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve desde hace unos 40 años.

Importante e innovador. Así lo definieron en esa reunión donde se encontraba Pablo Arnal, investigador en el Centro de Tecnología de Recursos Minerales y Cerámica (CETMIC, CONICET-CICPBA), Alejandro Ceccatto, y el intendente de la localidad de Magdalena, Gonzalo Peluso.

La rúbrica local tuvo lugar en el Centro Científico Tecnológico CCT CONICET La Plata y contó además con la presencia de su director, Luis Epele, como así también de miembros del Consejo Escolar de Magdalena.

Este sistema que promueven y pusieron en marcha demandará una suma de dinero “incierta” ya que los números este periodista no los pudo obtener por ningún lado. Puesto que me comuniqué con prensa y funcionarios de la Municipalidad de Magdalena y traté de hacer lo mismo con la gente del CONICET, que, con bombos y aplausos, entre ellos como siempre, le dieron la bienvenida a este prehistórico, obsoleto y descartado sistema.

Tampoco pude obtener la cantidad de personal involucrado. Algo muy, muy raro. Inclusive me cortaron el teléfono cuando hablé con prensa de Magdalena con un tal “Fabián”.

Para no ahondar en detalles, lo cierto es que los científicos argentinos del CONICET La Plata, avalados por el gobierno con una estructura gigante y presupuestos de dinero incalculables presentaron como algo innovador, un sistema para purificar el agua de las escuelas similar al que usaban algunas civilizaciones sumerias y egipcias hace 4.000 años. Inclusive Alejandro Magno tenía uno similar en su propiedad.

Lo más gracioso del tema es que nos enteramos por los medios, que Argentina fue premiada con una patente para obtener agua potable del aire, diseñada especialmente para estos casos que nos ocupa. Es decir que hay equipos disponibles que los comprás, lo enchufas y obtenés agua potable y desde el CONICET quieren poner bacterias, barro, arena y esperar tres años para ver si funciona.

Me pregunto… ¿La gobernadora de la Provincia de Buenos Aires sabrá esto? ¿El presidente Mauricio Macri si se entera de esta canallada, lo tomará como una traición a la patria por parte de nuestros científicos que se ríen del pueblo argentino?

Los científicos del CONICET no inventaron nada productivo y nos cuestan miles de millones de dólares anuales. ¿Se entiende porque estamos en el barro nadando con los bagres de arroyo? ¡Y encima de vez en cuando muchos científicos se premian entre ellos, se felicitan y dan honores por nada!

Pregunto: ¿qué patente productiva para el país consiguieron los científicos argentinos en los últimos 20 años? ¿Qué empresa argentina produce, genera puestos de trabajo e importa con algún invento o patente de científicos del CONICET? ¿Está bien decirles burros o… lo correcto es decir traidores y abusadores?

Volviendo al tema específico de la nota, este sistema que empezaron a implementar para las escuelas de Magdalena, no solo es obsoleto, pre histórico, caro y lento: “Es peligroso”. Porque las bacterias no se mueren, transmutan y se alojan en lugares diferentes. Esto lo sabe cualquier nene de primer grado.

Me imagino un supuesto próximo titular que escribiré en unos años. “Niños de Magdalena mueren envenenados por culpa de los científicos del CONICET La Plata.”

Veremos qué pasa a partir de esta publicación… Que acciones tomará el gobierno nacional y el de la provincia, porque esta situación, la de tomar al pueblo argentino como estúpidos por parte del CONICET y la Universidad de La Plata (departamento científico) debe terminar.

Basta de mantener ignorantes y corruptos. Recuerdo un artículo de una revista universitaria de La Ciudad de La Plata de hace unos años donde un científico en forma inocente decía: -Esto de ser científico del CONICET me da libertad, trabajo de 8 a 13.30hs puedo parar para llevar a los chicos a la escuela, gano una fortuna, no trabajo ni sábados, ni domingos, ni feriados tengo un mes y medio de vacaciones y no tengo que rendir cuenta de lo que hago a nadie”.

Señores científicos no se hace ciencia de 8 a 13hs, el dinero que cobran no viene del aire como el agua.