Funcionarios de Garro lo pusieron en ridículo por audio que se filtró sobre catástrofe en La Plata
El famoso audio que se viralizó por whatsapp que vaticinaba una catástrofe climática prácticamente de igual dimensión a la ocurrida el 2 de abril del año 2013 en La Plata, aún sigue generando polémica y continúa dejando tela para cortar. Desde varios sectores de la política platense se tiran la pelota unos a otros y hacen circular diferentes versiones sobre la intérprete de ese mensaje que generó tanto pánico en la población.
Lo cierto es que el día domingo hubo una reunión en Provincia de la que participaron los principales representantes locales de Defensa Civil de la región (incluidos los partidos de Berisso y Ensenada). El objetivo supuesto de dicho encuentro era para analizar las consecuencias que podría aparejar las condiciones climáticas que se preveían para el día lunes.
Como reza el dicho, el que se quema con leche ve una vaca y llora. Y eso fue lo que le pasó a los funcionarios ligados al intendente Julio Garro, que luego de esa reunión con sus pares de las ciudades aledañas, se alarmaron en demasía con las conclusiones que se pusieron sobre la mesa. Por lo que en vez de pensar un plan de contingencia, se dedicaron a agrandar la alerta meteorológico para toda la región.
Esta versión comenzó a circular entre los distintos empleados de la municipalidad y llegó a oídos de Jaquelina Nadaya, quien sería la responsable de filtrar esa información entre sus contactos de Whatsapp. Ella es empleada de la delegación comunal de Villa Elvira, administra un comedor en el barrio de Villa Albay y en algunas ocasiones se la vio muy sonriente sacándose fotos con el actual jefe comunal, Julio Garro.
Incluso, el propio intendente confesó que su mujer le recriminó que no le había avisado sobre la posibilidad de que un tornado pase por la ciudad, y entre otras cosas manifestó que de ser necesario, si la justicia procesa a Nadaya, será separada de su cargo de empleada.
Es decir que ante la ineficiencia e ineficacia de los funcionarios municipales que habrían agrandado la dimensión del alerta meteorológico, pagaría los platos rotos una simple trabajadora. El general Perón decía que del ridículo no se vuelve, y este es uno de esos casos.
