Concejo Deliberante
Apertura de sesiones del Concejo

Previsible: Garro habló de "herencia", omitió grandes anuncios y exigió "respeto por la democracia"

El jefe comunal brindó su primer discurso ante la asamblea de concejales. Aplausos, abucheos y enérgicos pedidos de justicia. (Fotos: NOVA)

Mediante un discurso inicialmente previsto por 25 minutos pero que se estiró por casi una hora por interrupciones de la militancia propia y de sectores de la oposición, el intendente Julio Garro abrió por primera vez en su mandato el ciclo de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante.

Desde temprano, las gradas del recinto mostraban la predominancia del color amarillo. Con bombos, papelitos y banderas, los militantes creaban clima mientras concejales y funcionarios esperaban la llegada del jefe comunal, que llegó a la sala parlamentaria con 40 minutos de retrao –la sesión estaba prevista para las 11-.

Enérgico por momentos, entre serio y risueño según lo demandó la ocasión, el jefe comunal dedicó los primeros párrafos de su oratoria a cuestionar la herencia recibida por la gestión de Pablo Bruera, para luego ensayar algunas proyecciones de lo que se espera para su primer año de gobierno.

“En los últimos tiempos, esta ciudad no pudo pensarse hacia adelante porque estuvo en manos de personas que combinaron la falta de proyectos, con gestiones ineficientes y decisiones que sólo beneficiaron algunos intereses particulares lejanos al interés general y lo peor es que nos arrastraron a todo”, disparó.

“Pero no seremos nosotros los que vamos a juzgar a los culpables de este presente, pero tengan la plena seguridad, que la justicia tendrá en sus manos todos los elementos necesarios para actuar como corresponda. Nadie podrá cargar sobre nuestras espaldas ni la impunidad ni la protección de aquellos que cometieron actos de corrupción”, complementó, ante el aplauso de la militancia del Pro y el radicalismo –que se mezcló con algunos intérpretes del peronismo crítico- y los gestos de rechazo de ediles opositores, como la edil kirchnerista Florencia Saintout y el concejal Gabriel Bruera, quienes lo interpelaron desde sus bancas en medio del bullicio.

“Respeten la democracia y el voto de la gente”, pidió, en dos ocasiones, el alcalde platense al intentar silenciar a quienes lo interrumpieron con insistencia desde la barra. Después llegó la hora de los números y los anuncios en formato de promesas de gestión.

“Hicimos un registro de cooperativistas para saber realmente cuántos había y detectamos que eran 5 mil personas las que trabajaban, con un promedio salarial de $3.500. El costo mensual de estos servicios debería ser cercano a los $18 millones, sin embargo, por mes se les pagaba a los responsables políticos de las cooperativas $55 millones. ¿Dónde quedaban esos $37 millones por mes?”, se preguntó para luego asegurar que la comuna hizo una presentación judicial al respecto.

“Recibimos una ciudad con deudas millonarias, con miles de empleados precarizados, con contratos y relaciones corrompidas, cooperativas dañadas, en su mayoría heridas de muerte”, ilustró, a la hora de hablar de parte de la herencia dejada por el bruerismo.

“Nos encontramos con saldos irreales, con faltantes de bienes por un valor de más de 9 millones de pesos, con una tesorería con un saldo negativo de más de 55 millones de pesos, y con 60 millones girados en descubierto afectados a la coparticipación”, ejemplificó, y describió una deuda declarada de “unos 530 millones de pesos”.

Un párrafo aparte significó su alocución por la inundación del 2 de abril del 2013, que según las últimas estimaciones ya superó el centenar de víctimas fatales. “Pedimos perdón a los familiares de las víctimas, las asambleas de inundados y a toda la ciudad por la inacción y el desempeño del Municipio”. También se sumó al pedido de justicia -que se visibilizó además en las inmediaciones del Palacio Municipal- por la muerte, en diciembre último en el marco de una fiesta ilegal, de la estudiante de periodismo Jéssica Emilia Uscamayta Curi.

En materia de anuncios, quizá el más resonante fue la conformación de un SAME con ambulancias propias. La obra hidráulica, los espacios públicos, los residuos –acusó una herencia de 9 mil toneladas “diseminada en la ciudad” y elogió el nuevo sistema de recolección- y la seguridad fueron los ítems más mencionados.

A pesar de las críticas a su antecesor, procuró priorizar “el diálogo y el consenso”: “No queremos que este recinto se convierta en un campo de batalla”. Y proyectó mecanismos de descentralización y modernización de la administración municipal.

”Tenemos frente a nosotros las páginas en blanco de la historia futura de la ciudad. Los invito a escribir en ellas para quedar allí con orgullo y para siempre”, redondeó finalmente.

Presencias

Además de su gabinete casi en pleno y de los ediles del bloque Cambiemos, se vio en el recinto a diputados provinciales como Gabriel Monzó, el massista Juan José Amondarain y el radical Diego Rovella, al Defensor del Pueblo Marcelo Honores y el senador PRO Juan Pablo Allan, entre otros.

También estuvo presente Rosa Bru, foto de su hijo Miguel en mano, acercándole un petitorio al presidente del Concejo Fernando Ponce, mientras Garro promediaba el discurso.

Los acordes del himno nacional y la marcha radical, escuchados al principio de la sesión, le dieron una nota distintiva a la tradicional liturgia de la apertura de sesiones en el recinto, dominada durante los últimos 24 años por el peronismo en sus versiones alakista y bruerista.

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