Cementerio de autos robados: un camino sitiado por la delincuencia y el abandono estatal
Por Agustín Mauad de la redacción de NOVA
La carrocería aún humea. La chapa está caliente. Volvieron a abandonar un auto a la vera de Ruta Provincial 11. Esta vez, un Citroën a la altura del arroyo “El Pescado”. Tras desmantelar las partes que se pueden comercializar, los delincuentes prendieron la mecha y huyeron con tranquilidad. Allí, la ley no existe.
“Centenares de autos aparecen cada semana. Nadie hace nada, venimos pidiendo soluciones desde 2010”, reconoció en diálogo con NOVA un vecino de Bartolomé Bavio que recorre ese camino junto a su familia todos los días, quien prefirió mantenerse en el anonimato por temor.
Yendo desde La Plata hacia Magdalena, a partir del barrio “La Hermosura” y con la finalización de la zona urbana, comienza a reflejarse el abandono del Estado. La Ruta que divide los partidos de La Plata y Berisso es un fiel reflejo de la Franja de Gaza. En la zona de guerra hay vehículos abandonados, volcados, chatarra, basurales y ausencia de leyes.
Como si fuese poco, el pavimento se encuentra en pésimo estado, con inmensos cráteres, sin banquinas ni iluminación. “Sin dudas, es la ruta de la muerte”, agregó un vecino que tiene una chacra allí. Reconoció que tuvieron encuentros con el Municipio de La Plata y autoridades de Control Urbano pero solo recibieron promesas.
Con respecto al accionar de la policía, cada tanto se ven móviles patruyando la zona: "Lo único que hacen es pasear, deberán estar entongados porque hacen la vista gorda", denunció otra vecina que no quiso dar su nombre por miedo a represalias.
Esta es la primera publicación de una serie de notas que intentan reflejar la indignación vecinal. En el segundo capítulo, macabros hallazgos.
Tres tipos de delincuentes
Sin hacer un análisis muy exhaustivo se puede distinguir a los delincuentes. Por un lado, están los que roban vehículos y los utilizan para volver a delinquir. Muchas veces esos coches están “manchados de sangre”, por lo que los dejan tirados en la Ruta.
Por otro, están aquellos que se especializan únicamente al robo automotor, descartando en la RP11 aquellas piezas que no le sirven. Sin impunidad alguna, trabajan en la misma ruta cortando aquellas autopartes a las que pueden sacarle rédito. Lo que no sirve, se quema.
En tercer lugar están los que aprovechan la ausencia estatal para dejar su propio auto en la RP11 e incendiarlo, previendo así el cobro de la indemnización por parte de la compañía de seguros.
