De esta manera define Julián Bandeo al proyecto que detonó hace un par de años pero selló en 2011 con su primer disco ‘Grado Cero’ y este sábado vuelve, tras una siesta de 10 meses que como tal, le dio fuerzas.

Para la previa de esta Primavera 2014, Micros Macros promete una velada completísima: proyecciones audiovisuales (a cargo de Paola Mattos) engalanando un acústico espacial que brindará de la mano de Valentinfal; nuevo combo musical del artista trenquelauquense Federico López.

Todo ello, enmarcado en la fraternidad de Casa Lumpen, espacio cultural ubicado en 59 8 y 9 que ofrece una rica cerveza artesanal y siempre, espectáculos de calidad.

Si de algo sabe Micros Macros, es de música

Luego de repasar que – a pesar de haber nacido un poco más lejos – al proyecto lo pensó en La Plata y fue componiendo bajo ese nombre tan particular porque siempre le “atrajo la idea de la infinidad, de que lo chiquito puede ser muy grande, y lo grande muy chiquito”; Bandeo habla del encuentro.

“Estudiando, conocí a Lautaro Rueda. Sin saber que éramos músicos compartimos dos años en la Facultad de Bellas Artes (UNLP), hasta que empezamos a tocar juntos”, recuerda.

A ‘Grado Cero’, lo trabajaron con Carli Matthews – quien se unió como bajista – y así, “como trío nació otro EP esporádico llamado ‘microSesión’”, justamente porque lo grabaron “en vivo en un día y después se editó como disco miniatura”.

“Tocamos en varios lugares, pero luego Carli abandonó el grupo y se sumó Leandro Ezequiel Martore en el bajo, junto a Pablo Ramírez en teclados, bandoneón y otros juguetes; dándole una dimensión más interesante a todo el proyecto”, explica sobre el entramado de la ‘alma máter’ de unos sonidos tan excéntricos como seductores.

Aunque no lo admita, es rock experimental

“Me cuesta mucho ser objetivo con lo que sale hacia afuera. También me cuesta mucho enmarcar Micros Macros con algún género. Pero no me importa porque ¡es la libertad que tiene que tener! Es verdad también, que lo que está sonando ahora no es lo mismo que al principio, esto evolucionó mucho y cada vez gusta más”.

Así ¿delimita? el artista a su obra. “Como todo grupo, cada uno aporta su historia y eso se está notando más a la hora de tocar, por eso el sonido actual es bastante distinto ahora que en el primer disco”, argumenta.

Inmediatamente, revela que no se focaliza en algo específico para escribir, a un sonido que le aparece en la cabeza lo acompaña con un mensaje. Se inspira “en lo lindo de las cosas, ¡en lo sencillo! En cómo las vemos, en cómo actúa la cabeza que a veces nos tironea para algún que otro lado”.

“Quizás esa es mi crítica: no apuntar allá al presidente, no allá a las petroquímicas, acá mismo, en vos, en mí... si hay que cambiar, no hay que señalar a lo lejos, esta todo en tu pequeño sistema solar interno”, dispara y retruca: “Admiro a los poetas que te inducen a un paisaje laberíntico con tres palabras”.

Sigue girando

A pesar de que hace algunos meses instaló su hogar en Córdoba, Bandeo asegura que el engendro se mueve siempre hacia adelante y hacia arriba: “La música sigue, que es lo importante. Ahora mismo estamos grabando un disco a distancia, que ¡gracias a la vida se puede hacer! También cabe destacar que somos todos bastante autónomos así que nos podemos dar ese lujo”.

“La idea es terminar de grabar el disco este año, tenerlo bien mezclado y masterizado para lanzarlo a los cuatro vientos. Las canciones están y hay bastante material en marcha” anticipa, para alegría de los melómanos.

Y simple pero contundentemente, concluye: “A partir de ese disco viene una nueva etapa. Viajar no cuesta así que, creo que el siguiente paso va a ser salir un poco a girar el MicroMacro mundo musical”.