La rivalidad entre Estudiantes y Gimnasia no tiene límites para algunos fanáticos. Desde hace unos días, la guerra de las pintadas volvió a encenderse en los distintos barrios: ahora no se “escrachan” los murales, la nueva modalidad es prenderlos fuego.
A diferencia de otras regiones futboleras del país en las que en cada zona se identifica a un solo club, en la ciudad de las diagonales la cosa está más repartida. En todas las barriadas hay agrupaciones de las dos instituciones. En barrios como Villa Elvira, Los Hornos, Tolosa, Ringuelet y Berisso, entre otros, los colores de los postes y cordones cambian a pocos metros de distancia.
Éste no es un tema de barras, los fanáticos intentan expandir su pasión en las paredes, pasión que en muchas ocasiones supera los límites de la cordura. El dinero lo juntan de sus bolsillos y rifas, no hay negocios turbios. “Muchas veces me peleo con mi mujer porque salgo con los muchachos a arreglar un mural a la madrugada y, encima, tengo que poner plata para comprar la pintura; y acá en casa no nos sobra nada”, contó a NOVA un simpatizante albirrojo.
En mayo del año pasado, la tensión había crecido cuando los hinchas estuvieron a minutos de enfrentarse en las adyacencias del Parque Saavedra. “Ese día, la policía llegó a tiempo porque nosotros nos dimos cuenta que habían pactado un duelo; los de Estudiantes se estaban agrupando con palos y armas”, dijo un vecino de la zona.
Aquella vez, hinchas de los dos clubes arruinaban las pintadas antagónicas. Una noche los de Gimnasia fueron un poco más y no sólo taparon algunos murales, también pintaron los autos estacionados. La respuesta no tardó en llegar: los Pinchas fueron al Parque San Martín y apedrearon las casas de unos supuestos Triperos. La tensión fue creciendo y por poco no hubo que lamentar muertos: la Policía secuestró varias armas el día en que pactaron un duelo.
En las últimas jornadas los “vueltos” fueron en aumento y comenzaron a prenderse fuego murales, los que muchas veces son casas de vecinos. Esta violenta modalidad tuvo su inicio el año pasado entre los clubes rosarinos y ya llegó a La Plata. En algunos videos registrados en la ciudad santafecina, se observa cómo llegan en autos y motos, tiran cubiertas, rocían con nafta, incendian y escapan. El fuego de la pasión crece y preocupa.
