Política
El escenario político

¿Pacto entre bruerismo y massismo?: cómo jugarán los distintos bloques en el Concejo Deliberante

Apertura de sesiones. El intendente Pablo Bruera ofreció un discurso de tono neutral y conciliador. ¿Síntoma de lo que vendrá?

Por Facundo Arrechea (@facundoarrechea), de la redacción de NOVA

Los comicios de octubre pasado dejaron como evidencia que en el plano legislativo municipal “la torta del poder” estará más repartida que en tiempos en los que los oficialismos –antes alakismo, más acá en el tiempo el bruerismo-, hacían y deshacían con sus mayorías automáticas en materia de tratamiento de proyectos y aprobación de propuestas consideradas “claves” para la gestión ejecutiva.

El bruerismo, con tan sólo 7 ediles propios pero con algunas alianzas mantenidas en el recinto, se verá no obstante forzado a negociar con el Frente Renovador massista a la hora del abordaje de tales iniciativas. Un botón de muestra fue, sobre el cierre del año pasado, el acuerdo que ambos espacios sellaron sobre la hora para colocar al frente del Concejo al oficialista Pedro Borgini; un referente considerado por algunos observadores como “neutro” a juzgar por su equidistancia entre el Ejecutivo gobernante actual y sus bases gremiales, enroladas con Massa.

Hace apenas una semana, sobre el filo del comienzo de un nuevo ciclo de sesiones ordinarias, este portal reflejó otro acuerdo, esta vez en torno a la conformación de las comisiones de trabajo, herramientas que, devenidas en resortes de poder, suelen inclinar la balanza legislativa en la antesala de los plenarios que este año se realizarán los miércoles.

La tregua llegó horas después de que el massismo ponga el grito en el cielo –el principal portavoz fue el jefe de bancada, Oscar Vaudagna- por considerar poco equitativo el reparto de las mismas. Para que la cosa no se ponga fulera, el bruerismo aceptó –de mala gana- darle a ese espacio el dominio de dos comisiones -la de Desarrollo local y Seguridad Pública- y así esgrimió otro dibujo del organigrama mediante un nuevo decreto, dejando sin vigencia el anterior. Debate terminado y a otra cosa.

Por estas horas, en los corrillos del Palacio Municipal se habla de “un pacto de no agresión” entre el bruerismo gobernante y la tropa legislativa enrolada tras el alcalde de Tigre, Sergio Massa. "Salvo los temas candentes de cada año como la rendición de cuentas y el Presupuesto, no habrá grandes debates en el recinto" anticiparon a este medio fuentes que caminan a menudo los pasillos del primer piso del edificio comunal.

"La idea es hacer la plancha" y "evitar cortocircuitos y ruidos", resumen fuentes neutrales no peronistas que están al tanto de cómo se juegan las fichas calle 12. No se descarta, claro está, que como indica el manual del buen político, se escenifiquen discusiones y debates acalorados en los que el massismo busque protagonismo mediático en el recinto. Se sabe: el “negocio” del FR es apuntar contra las gestiones claramente kirchneristas. Se sabe: la encabezada por el intendente Pablo Bruera no encuadra precisamente en esa lógica.

El rol del kirchnerismo duro

Más del 75 por ciento de las bancas en el recinto de calle 11 están representada por ediles de extracción peronista. Dentro de ese esquema, donde conviven massistas, brueristas y ultrakirchneristas, trascendió que el bloque compuesto por Martín Alaniz, Sebastián Tangorra, Florencia Saintout y Guillermo "Nano" Cara -los dos últimos ingresados en octubre pasado-, habría recibido la orden "desde arriba" de "no entorpecer demasiado" los planes de la gestión comunal.

Esta especie, es desmentida desde el entorno del bloque denominado FPV-Nacional y Popular. Por caso, en la primer sesión del año, realizada el miércoles pasado, el alakista Sebastián Tangorra “sacó los trapitos al sol” y deslizó que el massismo y el oficialismo coincidían en sesionar de manera quincenal y no semanal –tema que se abordó de manera extraoficial en labor legislativa-.

El hecho hizo que el FR y el bruerismo reaccionaran al unísono fustigando al edil. Algunos sostienen que no fue más que circo mediático. “Pura espuma”. En un pasaje de la sesión, el concejal Gabriel Bruera se acercó y le susurró algo al oído al camporista Martín Alaniz. La imagen, que puede no significar nada trascendente, fue al menos sugestiva.

Cabe destacar que en negociaciones ocurridas sobre el cierre del 2013, ese espacio quedó liderado por Alaniz, devenido en nuevo titular del bloque que supo comandar Tangorra. La denominación al frente de la bancada K del hombre que tiene línea directa con Máximo Kirchner respondería a esa premisa. "Su perfil bajo y carácter conciliador le jugó a favor", definió a este portal una fuente del Concejo.

El FPCyS y la UCR

El interbloque que aglutina a socialistas, referentes del GEN y radicales cuenta con cinco ediles: Gastón Crespo, Leonadro Rocheteau, Emiliano Fernández (FPCyS) y el tándem Fernando Gando/ Juan José Cardozo, jugará un rol activo en el año legislativo que recién comienza. El sector progresista necesita hacer pie en la mayor cantidad de distritos posible para mantener expectantes las chances de mantener un caudal de legisladores aceptable en el turno del 2015, donde se aventura como vencedores al massismo, al sciolismo o alguna versión resucitada de kirchnerismo.

Es la única fuerza no justicialista en condiciones de “desgastar”, al menos desde la retórica y la imposición de “peros”, a la gestión bruerista. Según se supo, este espacio buscará imponer en agenda temas de corte social que emparenten con los reclamos ciudadanos. Los ediles se quejan en público y en privado, de que sus propuestas y reclamos no encuentran los ecos suficientes en el oficialismo. La premisa principal es que los cajones no se llenen de expedientes de su autoría.

Los “neutrales”

Los únicos dos unibloques en el Concejo son los de la ¿ex bruerista? Sabrina Rodríguez –FPV de Liberación- y del atanasofista Guillermo Renna. Ambos solieron desempeñar performances legislativas en sintonía con el bruerismo: la primera, cabeza visible de la agrupación “los Apóstoles de Perón”, fue integrante del bruerismo legislativo, luego pegó el portazo para coquetear por un tiempo con el kirchnerismo y después prefirió “la autonomía” del unibloque propio: un lugar desde donde sumar cuando haga falta.

Sin haber sido jamás un bruerista del riñón, el caso de Renna es similar en cuanto a no significar un estorbo para el oficialismo. El edil referenciado con el ahora funcionario sciolista Gonzalo Atanasof –antes diputado denarvaísta- mantiene su unibloque de UDeSO. Por ese espacio ingresó al recinto en el 2011.

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