Desembocó en el Concejo Deliberante de Brandsen la preocupación por la seguidilla de hechos vandálicos que tuvieron como epicentro el cementerio municipal, donde en el lapso de veinte días ocurrieron tres sucesos por lo cuales se tuvieron que lamentar pintadas y destrozos en nichos y bóvedas.

Es así que, tras una nota enviada por una vecina que describía los daños ocasionados en la tumba donde descansan los restos de su hijo, se trató en el recinto deliberativo este tema a través de un pedido de informe del bloque peronista enviado al Ejecutivo para que éste informe sobre los detalles del mantenimiento y vigilancia en el lugar.

De esta forma, la concejal Salamén expresó que en esta solicitud se busca saber si el control es llevado a cabo por empleados municipales o por una empresa privada y, si es de esta última manera, detallar contratos y costos. Asimismo, la edil peronista llamó la atención al recalcar que el primer episodio no fue denunciado, preguntándose por otro lado respecto a si el cementerio “está bien iluminado y si los paredones están en condiciones”.

En este sentido, el representante del bloque radical, Raúl Paz, reconoció que “debería estar mejor la presentación de ese lugar”, pero que esas fallas en el mantenimiento se deben a cuestiones presupuestarias, informando por otra parte que el servicio de vigilancia nocturna es privado aunque, a partir de estos hechos, se ha reforzado el servicio con un empleado municipal.

Tras describir Paz los hechos de vandalismo que se dieron en estos últimos días, el concejal Gastón Arias puso énfasis en la llamativa falla en la vigilancia de este predio: “Nos queda mucho más la preocupación porque se contrata vigilancia para brindar seguridad y no la tenemos, y no fue uno sino tres actos de vandalismo”, agregando que en un sitio donde se tiene personal abocado a la seguridad del mismo “no podemos tener la repetición de estos hechos”, esperando a su vez una rápida respuesta del Departamento Ejecutivo sobre este pedido de informes.

Por su parte, el concejal Soria defendió al municipio en la cuestionada tarea de vigilancia remarcada por Arias, al manifestar que, en el momento previo a que se sucedieron estos hechos, “no sirve de nada poner mucha seguridad cuando no tenemos acontecimientos de este tipo”.

Más allá de este argumento análogo quizás al hecho de decir que no hace falta vacunar mucho a los chicos contra enfermedades que nunca tuvieron, Soria prosiguió en su deliberada defensa resaltando que el Ejecutivo tuvo poder de reacción al agregar un personal municipal en esta tarea de control tras los lamentables episodios.

Inmediatamente, el concejal Marcelo Giovannone intervino recalcando que estos últimos no fueron los únicos sucesos de vandalismo que se vieron en el cementerio: “remontándonos al pasado hubo robo de placas”, recordó el edil, para agregar que “siempre hablamos de que es acotado el presupuesto pero se cobra un canon por las tierras”, en referencia a la recaudación que se obtiene por las parcelas y nichos.

Es en este tema donde quizás también el municipio tendría que brindar información detallada, no sólo del ingreso monetario que proviene del cementerio sino de la forma en que se administra el lugar respecto a la entrega de parcelas.

Quién dice que de allí puedan surgir más preguntas o encontrar algunas respuestas para que así se demuestre que las autoridades tienen el oído más afilado que el vigilante nocturno del cementerio a la hora de escuchar el reclamo de familiares que sufren al ver ultrajado el sitio donde su ser querido descansa en paz.