Política
Lo acusan de traidor, falto de ética y “picaflor”

El doble juego de Juan Pedro Cháves: los oscuros manejos del cuñado de Felipe Solá en La Plata

El abogado penalista y concejal Juan Pedro Cháves, perjudica a sus clientes para favorecer a los hermanos Bruera. (Foto: NOVA).

Sin militancia política ni recorrido por los barrios, el abogado penalista Juan Pedro Cháves llegó a obtener una banca en el Concejo Deliberante platense. Al legislador comunal ubicado a dedo por ser el cuñado de Felipe Solá, se le cayó la careta y salieron a la luz sus oscuros manejos en la ciudad de las diagonales.

Tristemente conocido por burlarse de familiares de víctimas de la inundación, quienes lo atacaron a golpes de puño en el Palacio Municipal, el ex concejal bruerista suele jugar a dos puntas en todos los aspectos de su vida: en lo político, en lo laboral y también en lo sentimental.

Se cambió la bombacha

Hasta el 2009, Juan Pedro Cháves apenas conocía el nombre del intendente. Durante las elecciones de ese año, cuando la lista de Francisco De Narváez, Mauricio Macri y Felipe Solá venció al kirchnerismo, cayó en un sillón del recinto platense por el único atributo de ser el hermano de María Helena Chàves, la esposa de Solá.

A los pocos años, traicionando a sus propios familiares y compañeros, el concejal cruzó de vereda y se trasformó en uno de los más fieles defensores del oficialismo local, un verdadero “soldado de Bruera”.

Un abogado sin ética: perjudica a sus defendidos

Como si fuera poco, el juego a dos puntas también se visualiza en su profesión como abogado: por un lado, defiende al hijo del titular de la Asociación de Taxistas, Peones y Choferes Marcelo Arévalo, un sindicalista enfrentado a muerte con el bruerismo. Por el otro, le pasa información a la gestión actual como infiltrado.

Con una clara intencionalidad de perjudicar a su defendido, arruinó técnicamente a la familia Arévalo, presentando defectuosamente los recursos: el padre sigue detenido, el hijo prófugo y la nuera, por un delito que no tiene más de 24 horas de detención, estuvo 5 días privada de su libertad. Paralelamente, la línea con Bruera siempre estuvo abierta.

La guerra entre este sector de taxistas y el bruerismo arrastra larga data. El 13 de febrero de este año, se desató una batalla campal a los tiros entre sindicatos afines al oficialismo y opositores frente a la Municipalidad. A raíz de ello, el intendente de La Plata, Pablo Bruera, denunció a Arévalo ante la UFI 7 y el Juzgado de Garantías 4 de la Plata.

Desde el Municipio sostenían que “los desmanes organizados por Arévalo fueron realizados con el fin de ocultar sus operaciones de transporte ilegal y como una amenaza hacia el Municipio a fin de que no investigue o dé impulso a las denuncias penales correspondientes”.

Involucrado en este conflicto, Cháves cobra por la asistencia técnica a Arévalo y también recauda por ser el “buchón” de los hermanos Bruera, destruyendo a sus propios clientes.

Un amante mentiroso

En lo sentimental también se destaca por su falta de códigos, y no por nada en los pasillos del Municipio lo conocen como el “picaflor”.

Cháves habría tenido relaciones con la secretaria de su por entonces compañero de bancada del Pro, Julio Irurueta. Además, muchos lo acusan de “tumba nido”, ya que se rumorea que ha intentado “arrimar el bochín” a mujeres casadas dentro del recinto.

Según fuentes cercanas, la modalidad que tiene con las mujeres no varía: promete castillos pero, cuando logra su objetivo, las deja en pampa y la vía.

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